martes, 23 de diciembre de 2014

Enfermedades alérgicas I

Fiebre del heno o polinosis

La rinitis alérgica estacional, también llamada fiebre del heno o polinosis, generalmente es originada por polen que ha sido transportado por el viento en una determinada estación, y depende de circunstancias geográficas y climáticas que influyen en la flora de cada país. Según la época de polinización se podría clasificar larinitis en varios tipos: otoñal, primaveral etc..., y el polen responsable podría ser el que procede de árboles, de hierbas o de gramíneas.
Posterior a la exposición polínica, y generalmente de un modo súbito, aparece un intenso picor en la nariz, que a veces se extiende hacia la boveda del paladar, a la faringe y ojos; ello va seguido de gran secreción nasal clara y acuosa, lagrimeo y estornudos violentos y persistentes. Pueden existir síntomas de irritabilidad, malestar general, dolor de cabeza, insomnio, que pueden ir acompañados de sama bronquial o urticaria.
Si no se emprende un tratamiento paliativo o sintomático, o no se ha hecho un tratamiento previo a fondo, mediante la desensibilización específica con el polen o pólenes causales, estos síntomas persisten mientras dura la época de polinización del ambiente en que el enfermo vive.

Rinitis alérgica perenne.

Es síndrome se distingue del de la fiebre del heno en que no es estacional, sino que adquiere un curso continuo, con periodos más o menos intensos de exacerbación, en consonancia con la pluralidad de alergenos desencadenantes. Posteriormente, puede agravarse, al iniciarse síntomas de participación de la mucosa bronquial, y dar lugar a una crisis de asma pueden ser mas o menos duraderas e intensas.
El polvo de casa, la caspa de animales, ciertos alimentos, e incluso sustancias inhalantes empleadas en la actividad profesional, pueden desencadenar este tipo de rinitis perenne.

Conjuntivitis alérgica

La inflamación de la conjuntiva ocular -conjuntivitis-, aguda o crónica, puede ser debida a un síndrome alérgico, tal como lo es para los dos tipos de rinitis anteriormente descritos.
Puede asociarse o no a las lesiones de la piel de los párpados, dematitis palpebral por contacto, y los alergeneos desencadenantes suelen ser los propios medicamentos empleados en los tratamientos oftálmicos, o aquéllos transportados a los ojos por los dedos (polvos para la cara, cosméticos, tintes de los cabellos y laca de uñas) . Sin embargo, el contacto directo con sustancias transportadas por el aire (polen,polvo, esporas de hongos, polvos, etc..) es no sólo posible sino bastante frecuente. En determinados casos, la conjuntivitis alérgica puede ser la expresión de una sensibilidad exagerada frente a un alimento determinado.
Suele estar asociada al picor y también suele estar unida a la rinitis alérgica.

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